Bienvenido

III. AGENCIAS DE SOCIALIZACIÓN. Rafael Merino

martes, 14 de diciembre de 2010



Una de las cosas importantes que dice Merino en este texto es que las distintas instituciones de socialización padecen falta de coordinación entre ellas, lo que genera muchos problemas educativos. Es cierto, pero a la misma vez es muy complejo, tal como se quiere hacer ver en el documento, analizar las distintas agencias de socialización. Cada institución tiene su historia, su contexto y su razón de ser. Comparar y coordinar los medios de comunicación, con el trabajo y la familia no es tarea fácil.

A modo de no extendernos mucho en este comentario crítico sobre el texto, pues resaltaremos sólo lo que nos ha parecido más llamativo, diremos que la familia como institución que permite y genera la socialización primaria de toda persona ha cambiado, y ha tomado en los últimos años muchas directrices nuevas que antes ni si quieran se pensaban. En primer lugar hay que tener en cuenta la cultura y la estructura social en donde nos encontremos, no es lo mismo una familia andaluza, que una familia del sur de china. El paso de las generaciones hace ver tanto los defensores de nuevas formas de familias, como los detractores de esas mismas formas. Entre los tipos de familias que recoge Merino, afirma una que es la compuesta en un hogar unipersonal. Realmente choca que una persona pueda constituir una familia, yo personalmente dudo que sea una familia. Las explicaciones que aporta Merino como causantes de que las personas vivan solas son dos: las típicas del “nido vacío” y la opción voluntaria de los jóvenes que deciden emanciparse. Creo que Merino peca de ingenuo al considerar solo estas dos explicaciones en cuanto a que una persona viva sola, existen muchas más razones para que la persona se quede sola, o viva sola.

Por otra parte, la familia ha cambiado pasando de ser una unidad de producción a una unidad de consumo. De aquí podemos decir muchas cosas, no sólo los roles tipificados que genera esto, y que todavía siguen existiendo, como muchas madres mujeres nacidas, sobre todo, en torno a los años 50 y 60, que le dicen a sus hijos: ¡deberías de haber nacido mujer, para ayudarme a las cosas de la casa!, dando por hecho la asimilación de la mujer a las tareas domésticas. No obstante, en esta desigualdad entre hombres y mujeres cada vez más se va transformando en una igualdad, al menos “racionalizada” y de boca en boca. Una de las cosas también que me ha llamado más la atención, ha sido cuando Merino habla de la “especialización afectiva” de la familia. Es cierto, que la familia cumple un papel muy importante como afianzadora de los lazos de unión y afectivos, el Estado de Bienestar nuestro, por ejemplo, se caracteriza por ser familiarista en extremo, pero ello no significa que sólo esa sea su función. Desde mi punto de vista, la familia debe de ser una organización afectiva, educativa y proyectada hacia la sociedad. Los estilos educativos familiares, sobre todo los estudiados desde la psicología, aportan una visión más proyectiva de lo que sería una familia que consiga una socialización adecuada para sus progenitores. Por otra parte, decir que me ha hecho reflexionar el apartado en donde se habla de por qué tienen tantos hijos “los del tercer mundo”. Hasta qué punto los lazos económicos, afectivos y la falta de educación pueden generar modelos familiares distintos.

Muy relacionado a la anterior agencia de socialización se encuentra la escuela. En primer lugar decir que la Escuela, en sí, es bastante compleja como institución que permite la socialización del individuo. La escuela juega un papel bastante importante, y que no siempre se le ha tenido en cuenta a lo largo de la historia. Actualmente, con el llamado “Plan Bolonia”, Espacio Europeo de Educación Superior, se pretende modificar casi por completo los mecanismos de socialización de dicha institución, más centrado en la vida laboral, en las competencias, a las que hace referencia Merino, (saber hacer, saber ser, etc), en la función social que se centra en la ciudadanía y en lo que se denomina “movilidad social”, centrado en suprimir las desigualdades.

Creo que la Pedagogía como ciencia ha jugado un papel relevante en este aspecto, puesto que ésta se ha adaptado al entorno, o al revés, el contexto se ha adaptado a sus ideas. La Escuela en tiempo de Hitler, se centraba en una Pedagogía nacionalista, mientras que ahora la pedagogía se basa en la democracia, las competencias y el desarrollo personal y crítico de la persona. De este modo, no comparto, como ya he dicho en anteriores entradas, lo que Merino afirma en cuanto a la creación de una asignatura para la ciudadanía, puesto que cree que los jóvenes verán los valores como un adoctrinamiento. Siguiendo esta idea, me hace pensar en si también los Proyectos de intervención en valores dedicados a jóvenes, o las escuelas alternativas, o incluso las actividades extraescolares en las que se pretende fomentar valores de todo tipo, son adoctrinamiento o no; es por ello, por lo que no creo que la enseñanza de valores se considere un adoctrinamiento, dependería más bien de la figura y del papel del educador/a que imparta esa asignatura.

En cuanto a los medios de comunicación creo especialmente relevante la opinión de Merino acerca de que son los tutores legales de esos niños y niñas que participan de los medios, si ven oportuno que ellos lo hagan o no. Es decir, si un niño ve unos programas muy violentos, es culpa de los padres si deja verles o no. No obstante habrá que tener especial cuidado en cuanto a lo que el autor afirma con respecto a que la televisión no es la única culpable. Creo que de la libertad de expresión al libertinaje en los medios hay un paso, tal es así que en programas como “Sálvame”, se digan barbaridades en los enfrentamientos entre famosos, y los colaboradores o el presentador se excusa diciendo que ellos no van a ser los que vigilen por la educación de los niños o niñas que vean su programa, que los padres son los que elijan.

Para finalizar, decir que el grupo de iguales es un gran agente de socialización, desde mi punto de vista informal, pero que es despreciado en cuanto al estudio de la intervención social, no tanto desde la Psicología. Se le da más importancia a la familia y la escuela, cuando en realidad el grupo de iguales es un gran potencial identitario para los/las adolescentes. Lo mismo pasa con el trabajo, y que en España la organización de toda empresa carece de sentido de liderazgo que no sea otro que el autoritario paternalista.